Francia es un país de bellos contrastes: de la fría y ventosa Normandía hasta la cálida Costa Azul; de las grandes urbes como París hasta los pequeños pueblos del Rosellón; desde las llanuras hasta las altas cumbres de los Alpes… en definitiva, un país que enamora. Y para enamorarse, que mejor que los campos de lavanda de la Provenza. Con
Renfe-SNCF en Cooperación
te llevamos para que puedas disfrutar de una escapada que no olvidarás.
Veni, vidi, vinci
Fachada del Teatro Romano de Arlés
Son muchas las ciudades de la región de la Provenza que nacieron y crecieron bajo el Imperio Romano y que en la actualidad conservan parte del legado que dejaron para la posteridad.
Arlés fue una de las primeras colonias romanas fuera de la península itálica. El paso del Ródano por la ciudad, la convirtió rápidamente en una ciudad de comercio importante y así lo fue hasta la llegada del ferrocarril en el s.XIX que causó parte del declive económico de la ciudad. Actualmente Arlés dispone de 8 edificios declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad entre los que destacan el
Anfiteatro y
el Teatro Romano. Uno de los personajes célebres que vivieron en Arlés es el pintor Vincent Van Gogh que pintó en esta ciudad algunas de sus obras más conocidas. Al final se retiró a Saint Remy, pueblo del que hablaremos más adelante.
Marsella es la gran ciudad de la región y actual capital. Segunda ciudad más poblada de Francia, es uno de los puertos comerciales más importantes de todo el Mediterráneo. La ciudad ofrece tantas cosas a visitar que ya tenemos un artículo propio destinado a la ciudad.
Vistas de Marsella
Otras ciudades que debes visitar con un rico patrimonio histórico son
Orange y su imponente Teatro Romano.
Vista del teatro romano de Orange
También llamada Vaison la Romaine, este se encuentra al norte de Avignon y alberga algunos de los restos de herencia romana más importantes del país:
el yacimiento arqueológico de Villasse, con sus ruinas de casas y baños romanos, y la colina de Puymin, en donde se pueden ver los restos de edificios públicos romanos.
Vista de Villasse
La antigua capital
Calle de Aix-en-Provence y Claustro de la Catedral
Aix-en Provence es la antigua capital de la Provenza. Quizás no te enamorará por sus patrimonio arquitectónico, pero es una ciudad que desprende un ambiente fantástico. Sus calles están repletas de pequeñas tiendas y cafés donde poder tomarse algo en una de sus terrazas. Sus más de 300 días de sol al año ayudan a que sea una ciudad para degustarla paseando.
La ciudad provenzal por excelencia
Vistas de Glanum
Saint-Rémy-de-Provence es sin lugar a dudas, la ciudad provenzal. Su gran número de estrechas y sinuosas calles y plazas bañadas por el sol, harán de tu visita un momento especial. La ciudad está rodeada de campos de girasoles y de la cadena montañosa Alpilles. Vincent Van Gogh inmortalizó el pueblo en su famoso cuadro La noche estrellada, que pintó durante su estancia en Saint-Rémy. Muy cerca se encuentra
Glanum, el mayor yacimiento romano de Francia.
Los campos de lavanda
Un clásico campo de lavanda
El color lila y violeta tiñe los campos de la Provenza. La lavanda es uno de los mayores atractivos de la región y hay un gran número de rutas para poder admirar el paisaje malva. Aunque la época de floración es entre junio y agosto, durante todo el año puede visitar las fábricas de los muchos perfumistas de la región que realizan todo tipo de aceites, jabones y perfumes con
lavanda.
Un paisaje lunar
No queríamos acabar este breve paseo por la Provenza con uno de sus símbolos:
el Mont Ventoux. Conocido como “El gigante de la Provenza”, este macizo situado al norte de la región se caracteriza por estar aislado en medio de los campos y sobretodo por su aspecto lunar en la cima, ya que carece de ningún tipo de vegetación.